Un curioso recinto arqueológico, no demasiado conocido por el turista que visita la ciudad de Atenas, es el Santuario de Pan que se encuentra en la esquina de la calle Απ. Παύλου (Apóstol San Pablo) con Δημ. Αιγινήτου, bajo el Pnix.
El culto a Pan era conocido en el Ática y Atenas desde el siglo V a.C. Este poderoso dios, que sin embargo nunca fue incluido en el Panteón Olímpico griego, vivía en la Arcadia, en el centro del Peloponeso, en donde se dedicaba a guardar rebaños y colmenas, a ayudar a los cazadores a encontrar su presa y a tomar parte en las orgías de las ninfas montañesas.
Parece ser que era hijo de Hermes y de Dríope, hija única del rey Dríopas. Su fisonomía era ligeramente repulsiva pues tenía cuernos, barba, cola y patas de cabra.
El Santuario de Pan fue descubierto en 2001 en las excavaciones de los arqueólogos griegos, bajo la dirección de Κ. Λαζαρίδη y Ο. Βογιατζόγλου, en los trabajos de materialización de la nueva entrada al Pnix, dentro del marco de las obras de Agrupación de los Yacimientos Arqueológicos. Fue entonces cuando encontraron una cámara tallada en la roca de dimensiones 4,30 x 2,45 m y 2,40 m de altura. La cámara era accesible a través de una puerta con dintel en forma de arco.
En la pared norte de la cámara había un relieve que representaba al dios Pan portando una vara o una vasija para cazar liebres, una Ninfa bailando y entre ambos un árbol y un perro que disfrutaba de la escena.
En la pared exterior, a la izquierda de la entrada, se conserva un fresco de grandes dimensiones con decoración de motivos vegetales y bajo él un suelo de mosaico. Esta decoración pertenece a la época imperial.
Este santuario data del siglo IV a.C. y no hay que confundirlo con el santuario de Pan y las Ninfas, situado al pie de la Acrópolis, y que, según nos cuenta Heródoto, fue levantado por los atenienses después de la batalla de Maratón.
Nos cuenta Graves en su conocida obra Los mitos griegos, que Pan es el único dios griego que ha muerto en nuestra era. El asunto lo recoge de Plutarco, por aquella época sacerdote de Delfos, quien cuenta que la noticia de la muerte de Pan la dio un tal Tamo, marinero egipcio de un barco que iba a Italia pasando por la pequeña isla de Paxi en el Heptaneso o islas Jónicas.
Una voz divina gritó a través del mar: ¿Estás ahí, Tamo? Cuando llegues a Palodes cuida de anunciar que el gran dios Pan a muerto, lo que hizo Tamo con la mayor diligencia.
Pero para Graves, el tal Tamo oyó mal el lamento ceremonial Thamus Pan – megas Technece (¡El todo grande Tammuz ha muerto!) y entendió: ¡Tamo, el Gran Pan ha muerto!. Hay que tener en cuenta que todo grande y Gran Pan suenan de manera idéntica en griego.
[blockquote]César Fernández[/blockquote]
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