Era uno de los veranos que volvia para pasar mis vacaciones en Grecia.
Realmente desde que me fui de Grecia siempre paso allí mis vacaciones. Es algo como indiscutible aunque a lo largo de mi vida esta decisión fue dura para los que están a mi lado. Pero como siempre pensamos los griegos, es mucho mas duro no tener que comer o simplemente no poder ir de vacaciones.
Recuerdo que Teodora me dijo aquel año que si iba con ella a la isla arreglaría la casa. Allí, la casa en la isla no tenía agua ni luz. Era una casa en un acantilado mirando al norte, en la isla de Folegandros.
Le respondí que iría con ella y que no hacia falta arreglar nada, no me importaba la luz ni el agua. Además en la casa había un pozo y velas. Así fue.
Recuerdo que llegue a un puerto pequeño, casi un “no puerto” como tantos que hay por todas las islas de mi país. Era uno de estos puertos en los que bajando te esperan los isleños ofreciéndote una casa o una habitación o una cama.
Entre la gente vi a Teodora y su hermana esperándome. Hacia tiempo que no les había visto y cada vez que encuentro la gente con la que viví en mis años en Grecia es como reconocer mis raíces o mas bien volver a tenerlas, mientras estoy siempre flotando entre dos mundos.
[rev_slider folegandros_1]
[grid_block]
La isla era pequeña, con mucho viento, muchísima luz y gente que siempre te hacen sitio para sentarte a su lado . Gente que paran para que subas a su coche hasta la próxima playa. Te invitan a un chupito de un aguardiente realmente ardiente con miel. Dónde las noches de verano en el medio de una plaza repleta de personas que no se conocen pero estan dispuestos a hacerlo. Entonces te vuelves consciente que realmente el mundo es tan pequeño que vale la pena tener solo amigos.
En una isla todos se hacen amigos aunque sea solo para aquellas fechas cortas de las vacaciones de verano. Y además el propio paisaje no te deja dudar. El mar te desbloquea el cerebro, es tan bonito el mar allí!
La luz te hace ver lo todo mas claro y hasta la luna te enseña la magia de ser y sentirte feliz de estar allí.
Recuerdo que seguíamos sin agua y luz. Recogíamos entonces el agua del pozo. Esta acción era un ritual, como igual tomó forma de ritual el reciclaje de esta agua de lluvia recogida del pozo que estuvo en esta casa, en este acantilado desde hace más de un siglo. Era impresionante, con tan poca agua todo lo que conseguíamos.
[/grid_block]Obviamente la falta de electricidad daba un toque mas de romanticismo en nuestras vacaciones. La casa por las noches se quedaba iluminada por las muchas velas que casi parecían miles y se unían en el paisaje nocturno de un cielo repleto de estrellas y una casa en un acandilado que parecía tener más estrellas aún.
Nosotras ya éramos cuatro en la casa ya que yo había invitado una amiga mas. Además la hermana de Teodora tenía su hija y su perro con nosotras. Pero cuando llegábamos a la plaza del pueblo allí nos reuníamos con mas gente como mi primo y sus amigos que siempre veranean allí y cuarenta Catalanes que yo debería conocerles ya que somos casi paisanos.
Me encanto Folegandros, me encanto la cercanía de su gente y el interminable cielo de estrellas por la noche.
Me encanto el color tan profundo de su agua y el viento que no deja el polvo encima de nada mas de unos segundos. Me encanta Grecia y quiero un día volver para quedarme porque es allí donde estan mis raices.
Me encanta Grecia porque nos obliga irnos lejos como una madre que quiere lo mejor para sus hijos pero sabes que siembre estará allí esperando a que vuelvas algún día.
[blockquote]Lilia Koutsoukou[/blockquote]
[grid_block]
[/grid_block]
Gracias por el artículo Lilia. Espero poder visitar esta maravillosa isla algun día.